empezaremos con un sueño,
dos hombres que con tres frases
eran capaces de crear cuatro versos;
Sigamos con recuerdos:
cinco sentimientos, cada uno a su manera
creaban seis lamentos en sus cabezas
y hasta en siete ocasiones negaron
lo que eran ocho certezas:
que no hay amor sin odio
ni pasión sin indiferencia,
no existe victoria sin derrota,
tampoco alegría sin tristeza,
y el que llora por dentro no sonríe hacia afuera.
De igual manera las cosas más ciertas
no tienen por qué ser las correctas
y no es más sabio aquel que más acierta.
Pero centrémonos en los momentos:
rico se considera quien más de nueve motivos encuentra
tras reflexionar apenas diez segundos
que avalen su forma de actuar en el mundo.
Pero como he dicho se trata solo de un juego,
una manera de pasar el tiempo
en esos momentos en los que nuestra musa se enajena
y nos deja solos en el ruedo.
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