19 jun 2011

El Caballero y La Luna



Arrastra la Luna el peso de la memoria
y por el cielo vaga desnuda, y deambula
sumida en una constante paranoia, mientras
miles de estrellas observan ocultas en la espesura
del manto oscuro que la noche sobre la tierra arroja.
                
                Triste y abatido cabalga el caballero
                cargando en su alma un oscuro pensamiento
                que acorrala toda su valentía
                contra los muros de los sentimientos.
                               
                                                   El sol que antes brillaba se apaga sin su olor
                               los alimentos carecen de cualquier sabor
                               e incluso los pájaros que harmoniosos cantaban
                               guardan silencio por compasión;
                               pues es ella mi luz, alimento y melodía
                               y desde que no está sitia la locura mi razón.


La Luna descansaba sumergiendo su reflejo en un estanque
tiñendo con plateadas lagrimas sus claras aguas, y con susurros el aire
cuando hasta ella llegó el lamento de aquella triste alma
que sin rumbo fijo en la oscuridad caminaba
y mojando con sus lágrimas el viento salió a su encuentro intrigada.

                                                  Con una estrella por rumbo partí de mi hogar
                              abandonando la idea de no poderte alcanzar.
                              Camine por senderos infestados de sombras,
                              temores asediaron mi convicción…
                              más resultaron ser simples fantasmas
                              a la luz de la llama de mi pasión.
                              Descanse mi alma fatigada a la orilla
                              de un manantial de agua clara
                              mientras mi corazón por ti me preguntaba;
                              mis piernas reanudaron la marcha
                              para buscar alivio a mi corazón y
                              todavía hoy sigo caminando
                              en busca de mi ángel, en busca de mi inspiración.
                              Quiero reunirme con Morfeo, ver la vida surgir
                              con su ayuda soñar aquí para viajar allí
                              y reír,…sentir,…vivir…
                              Contemplar la belleza de lo efímero,
                              la fragilidad de lo inmortal
                              el beso del presente
                              y del mañana el susurrar.
                              Se libre en mí, como lo es mi imaginación en ti
                              y recorre mis venas haciéndome revivir.


Escuchó la Luna el relato de la tristeza
furtiva tras un jirón de nube en el firmamento
y hasta tal punto hirió su alma la pena
que cayeron sus lágrimas del cielo
mojando del caballero la palma
y rasgando con un silbido el viento.
Descendió entonces de las alturas
para reunirse con aquel trotamundos cansado
y compartir del camino las rozaduras
pues entre dos es menos el dolor amargo
que en el alma dejan las herraduras;
y sentando su reflejo en el agua tranquila
sedujo la imaginación que en el dormía,
hipnotizó su alma como péndulo que oscila
de la mano de un mago con suma destreza
y atrapó su mirada perdida
igual que el canto de una sirena.

Cielos grises estallan en mil pedazos
 al chocar de frente contra una estrella
  que envenenadas sus puntas en pena
   no dejan del sol más que retazos.
Mis pies piensan en el camino
 que recorre mi cabeza sin descanso
  trazando surcos en el tiempo
   mientras mi alma chapotea en todos los charcos
    y mis manos cortan el silencio
     con tres gotas de talento,
      dos de llanto,
       y una de esparto.
Troncos de envidia cedieron al viento
 de un susurro ya extinto, cansado
  y deshecho por el paso del invierno
   que en sus venas vertió sin compasión
    el sueño eterno de Morfeo
     convirtiendo cuanto detestaron
      en compañero de paseo.
Todo al revés, y sin ver saber
 que no cuenta lo andado
  sino lo que falta por recorrer
   y cambiar sueños por asfalto
    para esta vida poder comprender
     y entender que el pasado es pasado
      y lo que queda es echar a correr.


                             No sé si estoy dormido, o tal vez sueñe despierto
                             pues es difícil asimilar lo que ante mí veo:
                             hermosura infinita bañada en un estanque
                            que bajo la atenta mirada de Marte
                            ha bajado hasta mí del mismo cielo.
                            Dime si es verdad, y no tan solo un reflejo,
                            todo en lo que creo, ya que temo
                            que el engaño de la oscura noche
                            haya nublado mi razón hasta tal extremo
                            que lo real se confunda con el sueño.
                            cientos de noches creo haber recorrido
                            espoleado por el eterno desvelo
                            buscando lo que tanto ansió
                            y que pese a la insistencia de mis pasos no encuentro.
                            Solo quiero una razón para existir,
                            un motivo para luchar, una voz a la que seguir
                            a través del laberinto de los pensamientos
                            Y encontrar las palabras para describir
                            de mi inquieta alma los sentimientos
                            empujados por el aire de los recuerdos
                            que mi cabeza se empeña en revivir:
                            uno a uno, buenos y malos momentos
                            que no encuentran la salida
                            y negándose a vivir apresados
                            me ofrecen un mundo de fantasía.



Escucha lo que te digo,
 y mas fácil será tu camino
  hacia el sino convenido con el destino,
    pues solo siendo el más fuerte amigo
     conseguirás lo que te propones,
      ahuyentaras a los temores
        y dejaras atrás a tus perseguidores,
         crueles lacayos de la envidia
          que a sucias tretas recurrirían
           con tal de verte caer en la lujuria
            del que no sacia su sed.
Y podrás ver como todo se nubla
 ante tu mente distraída
  si no te centras en la vía
    que has de seguir,
     construir, y dirigir.   

Se fuerte, amigo, y confidente
 del que solo tu bien pretende,
  apoyo del que tu alma entiende
   y consuelo del caído en el camino;
    pues debes comprender
     para realmente fuerte ser
      que se trata de entender
       que no todo está perdido
        aunque alguna ved te veas caer.

18 jun 2011

19JVitoria-Gasteiz EUROPA PARA LOS CIUDADANOS NO PARA LOS BANQUEROS

Ecos del Pasado -el despertar-

Se lo merecía… si, tienes razón, si, si… eso es, se lo merecía, no hay duda, pero tal ved… en que estas pensando, no seas tonto, el mismo se lo busco con su forma de ser con los demás, ¡o a caso has olvidado...!… ¿cómo se me va a olvidar algo como eso? No, no me refería a eso. Solo pensaba que tal vez… ¿tal vez qué? no digas tonterías, el sufrimiento que ha padecido este pobre infeliz no es más que el justo pago a toda una vida carente de piedad alguna, créeme, recuerda...solo estamos tu y yo… lo sé, lo sé.

La sombra salió de la penumbra en la que se encontraba para dejarse acariciar fugazmente por los tibios rayos de luz que manaban de una luna completamente llena. Se detuvo un instante delante del cuerpo para mirar aquel rostro inexpresivo que dormía plácidamente ajeno al fin que le esperaba.
Giro su cabeza para fijar una imagen de aquel escenario en su mente y reanudo sus quehaceres. Se arrodillo frente al cuerpo inerte que se hallaba tumbado en la hierba y tanteo ligeramente el suelo en busca de sus "herramientas". Guardo en una bolsa de tela negra las ropas del cadáver mientras observaba el paisaje.
El parque estaba desierto a esas horas, solo un par de vagabundos, que se afanaban en conseguir convertir los bancos del parque en camas sobre las que acurrucarse para protegerse luego con unas cuantas páginas de periódico en busca de algo de calor en las frías noches de invierno, enturbiaban la calma de la noche. Los matorrales que se encontraban a su izquierda lo mantenían a salvo de posibles miradas indiscretas, lo cual resultaba indispensable para su cometido.
El brillo de la hoja de su daga lo sacó de su mundo de fantasía devolviéndolo a la cruda realidad. Tenía que darse prisa, casi había amanecido y todavía le quedaba trabajo por hacer. Pronto regresaría a casa y encontraría la paz que tanto ansiaba, aunque sabía que no sería eterna, y que antes o después volvería aquella sensación,… volvería a matar.

Tu y Yo

Por la noche de tu cuerpo corren veloces mis deseos como brotes psicóticos nacidos de mis adentros.
El tiempo se para en el momento en el que mis dedos sienten la tersa piel que desmiente mi miedo a no tenerte,
la respiración se acelera con el aliento vertido en el cuello y
me aferro a tu ombligo para no perderte.
Las ropas vuelan mientras mis manos se entregan a una lenta travesía por tu melena
que terminara con un peregrinaje hacia tus piernas
donde perderé el rumbo,
la noción de mi existencia,
mi cabeza, donde naufragara el mundo.
Los cuerpos se funden en uno inundando el aire de suspiros y propagando la llama
de un fuego cautivo que nuestros deseos reclama.

Un Indignado mas

Cosas sin sentido que palpitan en un corazón cautivo de un ritmo perpetuo que acuna los sentidos e inunda los pasillos de cientos de sentimientos,
pequeños trocitos de vida que cuelgan de un hilo mientras no sean escritos en un diario, en esa hoja en blanco en la que se transforma en poesía lo que todavía ni he pensado.
Siento las miradas de un pueblo indignado, veo lágrimas contenidas por inminentes desahucios que no hacen sino acrecentar el desencanto hasta convertirlo en enfado.
Miles de gargantas claman por una democracia herida de muerte, un sistema sin suerte, un político inerte…
una igualdad fingida que está condenada al fracaso, una idea preconcebida que no debe ver un nuevo ocaso.
Los fuertes se hacen los locos y los locos se ponen al frente de una legión omnipresente con una fe que crea devoción, una idea tan fuerte que ensancha el corazón del presente y nos llena a todos de ilusión.

Batallas

Dos almas esgrimen palabras y lanzan estocadas la una contra la otra,
la una no se sonroja,
la otra no se calla nada.
La memoria asiste absorta a la dejadez del recuerdo
que deja de ser cuerdo para terminar abrazado a una farola
y divaga por un desierto que en ciertos aspectos le reconforta.
El cuerdo renuncia al sueño como escudo
cuando ve el cielo oscuro,
clava su pie en el suelo y grita al viento
que no teme a su futuro.
Mientras el sueño que no le valió al cuerdo como escudo
sirve al loco de aliento para abandonar la realidad
y luchar sin el lastre de su cuerpo.
Desata su imaginación llenando renglones de silencio
haciendo desaparecer los temores vestidos de invierno
y llegando a comprender que no es tan malo el infierno.
Todos vivos, todos muertos, todos individuos sin respeto por unas formas
que considerando que tienen un defecto
se arrinconan en un portal sin número de la calle del pretexto.

Mi Camino

Solo tenía una estrella por rumbo
    cuando partí de mi hogar
dejando atrás la razón que te condenaba
    a ser un recuerdo imposible de alcanzar;
Caminé por senderos infectados de sombras,
    temores asediaron mi convicción…
más resultaron ser simples fantasmas
    que ardieron en la hoguera de mi amor.
Descansé después mi alma fatigada
    a la orilla de un rio de agua clara
mientras mi corazón por ti preguntaba,
    y se retorcía sin la mujer amada.
Mis piernas reanudaron la marcha
    para buscar alivio a mi corazón
y todavía hoy sigo caminando en busca de mi ángel…
    en busca de tu amor

Mi Musa

¡Oh! Musa mía,
Que pinta mi corazón con una sonrisa
Sumérgete en el alma y déjate arropar
Por la bruma de los sueños.

Contempla cuanto soñaste
A través de los ojos de tu voluntad:
    La belleza de lo efímero,
    La fragilidad de lo inmortal,
    El beso del presente,
Del mañana el susurrar.

Se libre en mí,
Como lo es mi inspiración en ti
Y recorre mis venas haciéndome sentir,
   Llevándome aquí,
   Parándome allí,
   Enseñándome a vivir…
Para luego poderlo escribir…
   … y así en ti revivir.

La Noche

    A mis ojos llega la noche, sigilosa y tímida, los vientos de la luna acunan mi corazón cansado y ofrecen descanso al alma agitada arrastrándome hasta un mundo al que los poetas siempre dedicaran sus cantos.
    En el mis deseos juguetean en el prado de los sentidos, corren libres entre flores de sentimiento y se detienen para presenciar la cascada de palabras que se precipitan al vacio de la mente por carecer de significado.
    La mente disfruta de los placeres que el recuerdo sirve con su mejor sonrisa, olvidándose por unas horas de la consciencia que reina su vida y permitiendo que el corazón se caliente con el fuego que se agita en el fondo de cada una de las miradas compartidas

Fuego en el Probador

Apenas eran las cuatro menos cuarto cuando mire el gran reloj que adornaba la torre de la iglesia. Como todavía me quedaba un cuarto de hora para entrar a trabajar me acerque hasta la cafetería de al lado para pedir un cappuccino para llevar.
Cuando cruce la entrada de la tienda vi que aquella tarde estaba siendo tranquila, apenas un puñado de señoras iban de aquí para allí revoloteando entre los carros de ropa mientras Jon las seguía con la mirada. Sus ojos verdes se toparon con los míos mientras lo recorría de arriba a abajo pero no desvié la mirada, él sabía que yo me sentía atraída por él y yo sabía que sus pensamientos hacia mi iban por el mismo camino, pero los dos teníamos pareja por lo que nuestra relación seguía cargándose de esas ganas de arrancarnos la ropa en cualquier rincón que terminan por hacer que cada vez que ves a ese chico tus piernas tiemblen ligeramente. A sus finos labios asoma una sonrisa picarona, gesto que acompaña automáticamente de un giro de caderas para ofrecerme la vista de un culo moldeado por largas sesiones de bicicleta. Mi mano sube inconscientemente hasta mi cuello buscando instintivamente los dos primeros botones para abrirlos y dejar que algo de aire aplaque los sudores fríos que agitan mi pecho. Si por Jon fuera esto terminaría rápido, con el tirando de mi hacia el almacén, cerrando, a medias solo, la puerta y empujándome hacia la parte de detrás de las estanterías donde las cajas de zapatos se apilan en altos estantes. En un par de ocasiones se había acercado hasta mí por detrás, sin que yo me diera cuenta para susurrarme al oído lo que sucedería después. Una vez allí me levantaría hasta apoyarme en el segundo estante dejando todo mi cuerpo a la altura de su boca.
Aparto la vista de su ancha espalda y me dirijo hacia los cambiadores mientras intento apartar de mi cabeza la sensación de excitación que recorría mi cuello mientras él seguía explicándome, con sus labios a escasos milímetros de mi oreja, como después se agacharía para besar mis tobillos y subir por las piernas para detenerse en la cara interior de mis muslos. Mi mano baja sin que me dé cuenta hasta mis muslos y el ligero roce con las medias me estremece. Vuelvo a apartar esos pensamientos mientras me coloco la chapa identificativa con mi nombre y dejo mi bolso encima de uno de los estantes. uno de esos estantes sobre los que me encontraría subida, con los talones apoyados en él y la cabeza de Jon yendo y viniendo por donde quisiera. Mi mano parece tener vida, ahora acaricia mi cuello mientras imagina esa boca besándolo, su lengua recorriendo el lóbulo de mi oreja, su aliento erizando el bello de mi nuca...
justo cuando voy a salir de los cambiadores Jon aparece en la puerta y coloca una mano contra un lateral del marco mientras apoya su espalda contra el otro y exhibe de nuevo esa sonrisa de niño malo que tanto me provoca. El calor empieza a abrirse paso por mis piernas y la única manera de salir de allí es pasando a través del pequeño espacio que deja el cuerpo definido de mi compañero de trabajo. Un segundo para conseguir controlar mis piernas y me encamino hacia él con paso decidido, como si no pasara nada. Al llegar a su altura, y lejos de apartarse para dejarme pasar Jon se adelanta un poco más, estrechando aun más el hueco por el que tengo que pasar. Paso una de mis piernas por delante de él y veo como su mirada se desvía para cubrir el trozo de piel que queda al descubierto desde mi falda hasta la rodilla. Aprovecho ese segundo de despiste para pasar mi cabeza por debajo de su brazo y huelo su fresca colonia mezclado con el olor a camisa nueva. Sin darme cuenta me he puesto de espaldas a él para evitar que me vea roja como un tomate. Pero mi plan tenía un fallo, un error con el que sin duda el había contado por que escucho su risita de satisfacción cuando mi culo empieza a rozar contra su paquete. Intento concentrarme para pasar cuanto antes, pero el calor que desprende es como un imán y las ganas de notar cómo crece su pantalón casi me hacen quedarme allí parada. Cuando consigo salir no miro atrás, es de sobra que su mirada sigue los movimientos de mis caderas así que camino despacio, dejando que sea el ahora el que sienta ese calor.
La tarde pasa sin que pase nada del otro mundo, me dedico a colocar las prendas de la nueva temporada que nos acaban de llegar mientras miro de vez en cuando por encima del hombro para ver lo que hace Jon pero no lo veo. Seguramente este buscando alguna talla para alguna clienta en el almacén así que me voy a dar una vuelta hasta los probadores para recoger la ropa que desechan las clientas y doblarla de nuevo. En los dos primeros no encuentro nada, pero cuando entro en el tercero alguien entra detrás de mí y cierra la puerta mientras me agarra las tetas desde detrás. El desconcierto me invade, pero después de estar toda la tarde fantaseando la verdad es que la rendición es casi inmediata. A las caricias les siguen los besos y los mordiscos en el cuello hacen que mis ojos se cierren y mis piernas comiencen a abrirse ligeramente. Los tacones que llevo puestos me dan unos centímetros más de altura, pero aun así tengo que ponerme sobre las puntas de mis pies para lograr acariciar con mi culo la entrepierna de mi amante. Su pantalón esta duro y mi culo no deja de moverse para provocarlo todavía más. Pasa sus brazos por debajo de los míos, levantándolos por encima de su cabeza y los cruza mientras con sus agiles manos acaricia mi pelo y baja por mi pecho hasta la cintura, agarrándome y meciéndome con el de un lado a otro. Su respiración se acelera en mi oído y consigo bajar una de mis manos hasta la bragueta de su pantalón. Deslizo la cremallera hasta abajo y meto la mano para encontrarme con su polla dura como una piedra, esperando para empezar a jugar en serio. Todavía no le he visto la cara pero mi boca baja decidida por su cuello sin mirar atrás. Desabrocho la camisa botón a botón, disfrutando de cada centímetro de su piel mientras mis manos han abierto ya su pantalón y lo dejan caer al suelo
Para cuando llego a su ombligo su camisa está al lado de su pantalón y el calzoncillo apenas puede mantener oculto lo que yo tantas ganas tengo de saborear. Me entretengo en su vientre, jugueteo con la punta de mi lengua para que sus ganas crezcan aun más. Mis manos acarician su culo, lo recorren de arriba abajo como queriendo memorizar cada trozo de piel y sus manos agarran mi pelo
Mi lengua se desliza hacia abajo y sus manos agarran mas fuerte mi pelo, sabe hacia dónde me dirijo y eso dispara su excitación. Cuando llego a la punta de su capullo y poso la punta de mi lengua en el de su boca escapa un suspiro que me hace tener ganas de dejarlo con ganas de mas, de ser yo la que decida cuando y como puede disfrutar de lo que puedo darle
Pero no puedo aguantar, quiero escuchar de nuevo ese jadeo que se escapo de su boca y la acaricio entera con la lengua mientras noto cómo reacciona, como su calor aumenta y sus piernas se tensan. Me la meto en la boca y comienzo a acariciarla suavemente hasta que el no puede aguantar más y me pone de nuevo de pies
De espaldas a él empuja mi cuerpo contra la pared y me hace apoyar las manos en el banco que ahí al fondo del probador haciendo que mi falda se acorte y casi deje al descubierto la liga de las medias
Sus manos suben por mis piernas y levantan la falda hasta dejarla encima de mi culo. Noto como se arrodilla detrás mío y comienza a subir por mis piernas, desde los tobillos hasta la ingle acariciando con las yemas de sus dedos una vez en mi culo separa sus manos para agarrarme bien el contacto de su lengua sobre mis muslos hace que mis piernas tiemblen y se abran un poco mas bajo la fuerza de sus manos mientras su lengua se abre paso hacia mi coño. Noto como su lengua toca mi culo y mis piernas se estremecen y se abren un poco mas mientras la punta de su lengua se abre paso lentamente hacia mi sexo. Primero lo recorre poco a poco, de arriba a abajo, disfrutando con cada estremecimiento de mi columna
Pero después pasa a subir el ritmo, comienza a pasear toda su lengua por mi sexo ya húmedo. Sus manos comienzan a resbalar en mi culo y mis caderas no pueden evitar empezar a moverse buscándolo a él, buscando su entrepierna y poder sentir algo más que sus frenéticos lametones. El mantiene las distancias, está claro que si antes era yo la que no quería que disfrutara hasta que yo lo dijera ahora es el que quiere hacérmelo pasar mal
Su lengua se detiene y una de sus manos sube por mi espalda hasta llegar a mis pechos, los acaricia suavemente, juguetea con mis pezones ya duros por el placer y los aprieta empujándome hacia el
Haciéndome que note su sexo duro sobre mi culo, provocando que mis muslos se humedezcan más aun y mi deseo porque me penetre aumente hasta límites insospechados. El parece notar mis ansias y coloca la punta de su sexo a la entrada del mío, acariciando de arriba hacia abajo, jugueteando, metiendo un poco la punta para quedarse quieto y matarme de ganas. Mi cuerpo se mueve hacia atrás instintivamente hasta que consigo que me penetre por completo, haciendo que mi boca se abra de par en par y exclame con voz apagada por el placer que me recorre de arriba abajo. Subo el ritmo de mis embestidas hacia el haciendo que mis muslos se mojen todavía más y su entrepierna resbale a la perfección y entre y salga a su antojo, primero despacio, notándola bien adentro y después aumentando el ritmo, agarrándome fuerte de las caderas para clavármela bien adentro y hacerme gemir como una loca. Casi sin darme cuenta un increíble orgasmo se abre paso desde mis muslos hasta mi columna vertebral y me estremezco mientras el termina de correrse con las contracciones de mi sexo.
Antes de que pueda darme cuenta el ya ha salido del probador, mientras que yo me afano por recolocar mi pelo y la ropa en su sito.
Una vez que me veo bien en el espejo abandono el probador y salgo a la tienda con un par de jadeos escapándose todavía de mi boca reseca.
Repaso la tienda con la mirada y veo que está casi vacía. Busco a Jon y lo encuentro al otro lado de la tienda, revisando unas cajas, cualquiera diría que acaba de echar un polvo. La camisa bien planchada, el pelo sin despeinar….
Veo como se dirige hacia el almacén y como si un fuego se encendiera dentro de mí lo sigo. Una vez dentro cierro la puerta y dejo un par de cajas delante, para evitar interrupciones molestas. Cuando me ve acercarme hacia el tan decidida su gesto cambia y veo como el desconcierto lo invade, algo que me descoloca un poco. Lo empujo contra una de las estanterías y le arranco los botones de la camisa para pasar a lamer su pecho sin darle tiempo a que diga nada. Sus músculos se tensan bajo mi lengua y llevo una de mis manos hasta su boca para que la lama bien. Una vez hecho esto mi mano baja acariciando su pecho y llegando hasta su pantalón. Lo ahueco un poco para poder meter la mano dentro y dejo que su saliva haga el resto hasta que su entrepierna crece en mi mano. Me acerco a su oído y le susurro que ahora me toca jugar a mí, y sin darle tiempo a reaccionar me arrodillo delante de su bragueta y comiendo a mordisquear por encima del pantalón. Sus manos, que primero estaban agarradas a los estantes pasan a mi pelo para intentar detenerme, pero rápidamente desabrocho su pantalón y bajo sus calzoncillos. Con su sexo duro en mi boca comienza el juego, primero con la lengua en su capullo, dándole vueltas, después aprieto los labios y subo y bajo para que los note bien apretados contra su sexo. Su respiración se agita y sus manos pasan de intentar separarme a empujarme contra él. Yo sigo con lo mío, mas rápido ahora, mientras acaricio su culo pasando un brazo por entre sus piernas. Una vez me he cansado de jugar con su miembro lo siento en un pequeño banco que hay en el almacén para llegar a las cajas más altas y me retiro un poco para que pueda ver cómo me quito las bragas y se las tiro para acercarme luego y ponerme encima suyo. Agarro su pene con una mano mientras con la otra separo mis labios y me dejo caer, sin previo aviso, hasta golpear mi culo con sus muslos desnudos. Un primer grito se sofoca cuando bajo por segunda vez. Estoy chorreando así que mis acometidas son cada vez más rápidas y salvajes y veo como su cara comienza a tensarse y sus manos pasan de mi culo a su cabeza. Es el momento y empiezo a mover la cintura adelante y atrás cada vez mas fuerte apoyándome en su pecho hasta hacer que se corra como un loco. Me levanto, recojo mis bragas y se las entrego diciéndole que hoy no las voy a necesitar pues están demasiado mojadas.
El me mira con cara extrañada y me contesta que como es que me he decidido a hacer lo que acabábamos de hacer después de tanto tiempo jugueteando. ¿Cómo? No era el que estaba en el probador conmigo hace media hora, el había estado atendiendo clientas toda la tarde. El rubor acude a mis mejillas de inmediato y sin saber dónde meterme ni que decir salgo del almacén reviviendo una y otra vez lo ocurrido en el probador, intentado recordar la cara del desconocido que hizo que aquel probador y yo con el ardiéramos de placer.

Cosas de mi cabeza

Otro día en que me levanto erecto, dispuesto a inventar el resto
Y es el mundo el que se empeña en torcerlo,
 tirarlo todo por tierra y yo sin poder barrerlo
Intento levantarme,
enderezar el sentimiento que a mi alma da tormento y no la deja descansar,
pues decidió un día quedarse a vivir en ella sin volver a dejarla respirar
 y por mucho que lo intento de mi no lo puedo sacar para evitar viajar
a aquel lugar en el que nada es lo que parece
y lo que no aparece es el resto de la gente
cuando a ras de suelo vuelo
sin poder levantar mis pies del suelo, giros, piruetas y contra la pared, de nuevo
a caer para levantarme una vez mas y echar a correr
 huyendo de mi sombra que me recuerda que sigo pegado al suelo
y que no puedo hacer nada para escapar del aturdimiento eterno,
que no pasajero,
que vacía en mi el desaliento de malgastados momentos,
momentos soñados y sueños malgastados que repaso a cada paso
mientras mi mente pega otra vuelta de tuerca a la memoria que grita al sentir el tiempo
y expira entre suspiros de alegría y lagrimas de apatía.
Con tantas cosas por hacer, ver y escoger mi vida desfila ante mi mirada perdida
en busca del cariño de mis calles que una vez más en esta tarde
me resguardan de este sol abrasador que en mi piel deja huella
como mis pies en el camino hacen mella.
 Correr es caer en un laberinto del que no saldré
hasta ver y saber que podre cambiar mi sino y torcer mi camino
hasta dar con mi destino en este absurdo juego que llamamos vida
y que cada vez menos significa, ya no aguanta más mi sonrisa
mientras miento al que inventa mil historias
que de echo sin pretexto
cuenta al ingenuo que escucha con la boca abierta.

Tu

Tu, que velas por las estrellas en las alturas,
Tu, que observas el mundo desde arriba,
Tu, que iluminas la noche con tus pupilas,
Tu, que vives en una constante travesía
Sin que ningún mortal agradezca tu silencio
En el que se amparan de la monotonía;

Bella cual ángel desterrado del cielo
Que sin saber cuál fue el pecado cometido
Espera ver terminado su tormento
Y poder hablar de lo vivido, lo escuchado, lo sentido.

Cuantas cosas maravillosas tendrás que contar,
Vivencias tan asombrosas como difíciles de imaginar,
Y sin embargo aguardas insensible en tu trono oscuro
Reprimiendo tus ganas de a la vida cantar,
Guardando los secretos de los que a ti han acudido
Con la esperanza de en ti la respuesta hallar.

Solo espero que algún día termine tu desdicha
Pues a ti encomiendo cada noche mi alma
Llena de preguntas, tormentos y agonía
Que vuelven negra mi aura.

Aquí estoy de nuevo frente a ti
Con cientos de preguntas que hacerte
Muchas cosas han cambiado desde antaño
Y yo sigo deseando conocerte
Con el fin de conocer mí sino
Replanteándome las cosas que siempre defendí.

No resulta sencillo sobrevivir en este mundo,
Tu lo sabes mejor que nadie
Miles de caminos se nos ofrecen
Pero yo no sé si merece la pena alguno
Pues mi alma está cansada de algo que parece
Ser una misión sin futuro

Tu que me das fuerzas para seguir adelante
Permíteme que te cante y te alabe
Por ser tan paciente como confidente
y sanar heridas que no cicatrizan
con tu suave luz que aliviaría
hasta el más pesado de los lastres

Una Pequeña Historia

Hubo en cierto tiempo un joven caballero
  Ante el que el mismo miedo temblaba
Honesto y sincero en el habla,
Y sin escatimar valor alguno en la batalla
Que se encamino sin saberlo en muy singular batalla
Al caer presa su alma de la belleza de una dama.

Camina a su lado fiel su escudero,
Menudo y estilizado cual florero, que
Apenado por el peso que su alma lastra
Y en su afán por filosofía y poesía
Recuerda cierta melodía que así cantaba:

“Corren por su melena sedosa los traviesos vientos del norte,
Se encienden en sus ojos las estrellas de occidente,
Prenden sus labios el cielo rojizo que se alza al alba
y su voz dulce y aterciopelada las dulces sirenas acalla.
Dime luna, tú que conoces mi angustiosa pena, dime de ella
Si su corazón está cubierto de escarcha de algún amor pasado
O si por el contrario es su alma la que conmigo sueña.”

- Que razón tenía, querido a migo, el poeta
Pues dos cosas son bien ciertas:
Sin alma no es posible amar,
Y amando es constante la pena.

- ¿Decís mi señor que el amor es una pena?
Aseguráis que la cordura desaparece
Y el corazón quema, más…
¿no es el amor en el que centráis vuestra ofensa,
El que la vida alegra?
- Es cierto que cuando ella sonríe el alma se sosiega
y no te niego que con el roce de su piel el corazón altera,
pero cuando sus labios hablan…
¡es la mente la que envenena!

Sus ojos se clavan en mi, hiriéndome en lo más profundo de mi ser haciendo que mi mundo se tambalee…
Y yo no sé qué hacer.
Todo lo he probado, pregúntale a la noche si de esto dudas albergas
Pues en su manto me he ocultado más tiempo del que sospechas.

Sueño de una Noche de Verano

De nuevo frente a un papel en blanco, una noche más en la que intentare explicar el fuego que arde en mi interior cuando veo a ese hombre.
Todavía recuerdo el primer día que lo vi, fue en la inauguración de un bar.
Recuerdo como mis ojos se encontraron con los suyos en la oscuridad. Todo mi cuerpo se estremeció de arriba abajo. Note como mi corazón se aceleraba mientras por dentro crecía una excitación que nunca antes experimenté con otro hombre, y que no me resultaba incomoda. Al contrario que con otros el simple hecho de notar su mirada recorriendo mi piel hacia que mi temperatura se elevara.
Era la primera vez que lo veía, y sin embargo ardía en deseos de arrastrarlo a la cama y disfrutar de el hasta quedar exhausta. No hubo ni un momento de la noche que no le buscara con la mirada. Y cada vez que lo hacia el placer me invadía de nuevo. Era un hombre muy atractivo, pasaba desapercibido entre los demás, pero me resultaba imposible dejar de mirarlo. Me moría por saber que ocultaba aquel traje negro. No aguantaba más, tenía que acercarme a él, sentir su calor.
Cuando lo conseguí mis manos querían empujarlo fuera de allí, llevarlo a algún lugar apartado para desprenderlo de sus vestiduras y contemplar su cuerpo desnudo.
Durante toda la noche me dedique a hacer que su cuerpo y el mío se rozaran, y a pesar de la ropa podía sentir como mi piel se estremecía dada vez que su culo respingón acariciaba mis muslos.
Me bastaba con cerrar los ojos para imaginármelo desnudo. Sus piernas, su culo, aquella espalda en la que quería clavar mis uñas cuando el placer se hiciera irresistible…
Deseaba perderme en sus ojos negros mientras hacía conmigo lo que quisiera. Acariciar su pecho duro y firme, lamer sus abdominales, recorrer sus muslos con mi lengua…
Para cuando me quise dar cuenta el había desaparecido, y yo estaba más excitada de lo que había estado nunca.
Desde aquel día son muchas las noches en las que gracias a su recuerdo mis sabanas resultaron mojadas. Es algo extraño, nunca creí que un desconocido pudiera despertar en mi la lujuria como lo hace el. Me he convertido en una esclava de su cuerpo sin haber llegado a probarlo.
Todos mis sueños son iguales. Entro en un bar lleno de gente con mis amigas. Todo el mundo baila sin parar, nadie se fija en los demás. En un momento de la noche alguien aparece a mi espalda y me agarra con fuerza de la cintura haciendo que retroceda hasta notar su cuerpo. Intento darme la vuelta, pero me resulta imposible. Desisto del empeño de intentar ver quien me retiene, me limito a esperar. Un beso en el cuello, otro más, y otro…
Mis ojos se cierran y mi cabeza gira dejando al descubierto mi cuello por completo. No sé quien, tampoco porque, pero me gusta. No opongo resistencia y dejo que mis manos resbalen por los muslos de aquel desconocido. A medida que los besos se hacen más intensos mis dedos comienzan a apretar sus nalgas haciéndole partícipe de mi deseo. El aparta mis manos y dulcemente las coloca en mi vientre subiendo luego las suyas por mis brazos. Me quedo quieta, inmóvil mientras sus manos se pasean a su antojo por mi cuerpo. Su lengua recorre ahora mi cuello haciendo que todo el bello de mi cuerpo se erice. Después de una breve lucha consigo colocar mis manos en su cuerpo. Pero esta vez no me ando con rodeos, quiero notar su sexo, no me vale el roce de su pantalón. Deslizo una mano por su abdomen notando sus abdominales en tensión, mi otra mano se dedica a masajear suavemente su bragueta consiguiendo el efecto esperado. Su sexo crece con cada vaivén de mi hábil mano. Quiero hacerle sentir lo que siento yo, que no le valga con este jueguecito que ha empezado.
Aprovechando que su fuerza flaquea gracias a las caricias que recibe doy media vuelta quedándome a pocos centímetros de su boca, medio abierta por los suspiros que emergen de su interior. Las cosas han cambiado ahora, me toca a mí jugar.
Con un movimiento rápido de mi mano desabrocho su bragueta e introduzco la otra. Su pene está en plena erección, cálido y duro. Abrazo su sexo y comienzo a subir y a bajar mi mano. Levanto la mirada hasta entonces clavada en su pantalón y descubro a mi objeto de placer. Es el. El extraño del bar.
Saco la mano de su pantalón y agacho la mirada. Tierra trágame, estoy petrificada, no sé qué hacer.
El se percata de mi situación y agarrándome la cara con ambas manos me besa de tal forma que creo tener un orgasmo. No puedo aguantar más, quiero sentir dentro de mí lo que hasta hace poco tenía entre las manos. Siento mi coño chorreando, me parece oír los pálpitos de su miembro erecto. Respondo a su beso con mi lengua resbalando por sus labios finos y rosados. Mientras juego con su lengua mis manos aprietan sus nalgas hasta pegar su cuerpo al mío.
Acerco mi boca a su oreja y le sugiero que vallamos a mi casa, pero él responde que no, y agarrándome por el brazo me guía hasta los lavabos.
Una vez allí nuestras manos se abandonan al cuerpo del otro comenzando así un juego de caricias que provocan que de nuestras bocas emerjas suspiros de placer. Pero a mí no me vale con aquel juego, he esperado demasiado tiempo este momento como para desaprovecharlo así, de modo que empujo a mi amante contra la pared y comienzo a desnudarlo. Primero la chaqueta, luego la camisa, una vez hecho esto me aparto de él para contemplar su cuerpo atlético. Es un hombre fuerte, con unos brazos musculosos y de pecho muy bien esculpido.
Me acerco de nuevo a él para recorrer su piel con mis dedos. Todos los músculos de su cuerpo están en tensión, lo que hace que pueda definir cada uno de ellos con las yemas de los dedos.
Es hora de empezar a jugar en serio, ya está bien de preliminares. Desabrocho el botón de su pantalón y este cae al suelo dejando al descubierto unos calzoncillos ajustados que realzan su entrepierna haciéndola todavía más apetecible.
Me acerco todavía mas a él, sabiéndome el vestido para que pueda acariciarme sin impedimentos. Sus manos se introducen en mis bragas, y estas se humedecen todavía más. Me las quito yo misma, y él hace lo propio con la única prenda de ropa que le queda.
Por fin desnudos lo siento en el retrete sin dejar de acariciar su pene. Abro mis piernas hasta colocarme encima de él. Bajo lentamente hasta tocar su sexo con el mío. Muevo la cintura de forma sensual mientras observo en su mirada el deseo de penetrarme. Sabe que yo también quiero lo mismo, me agarra por la cintura y me hace descender hasta entrar por completo en mí. Un gemido sale de mi boca, no puedo dejar de mordisquear mis labios. Noto su miembro en mi interior, comienzo a moverme arriba y abajo, de forma rítmica al principio y más salvajemente después. Nuestros movimientos comienzan a ser cada vez más agitados, cada embestida de su cuerpo hace que grite olvidándome del lugar en el que estamos. De repente alguien llama a la puerta… y me despierto. Deslizo una de mis manos hasta mis muslos y compruebo que están mojados.

17 jun 2011

Carta

Soy la voz de tu interior, la que sufre tus inclemencias y a la que has desterrado a una habitación oscura de tu corazón.
Te hablo porque tengo algo importante que comunicarte, me muero.
Así es, mi vida comienza a extinguirse como lo hace la luz del sol al caer la noche, y me temo que de seguir así pronto no quedara claridad en mi día.
No se lo que ha pasado, recuerdo tiempos mejores, tiempos en los que los dos éramos una misma persona. Era maravilloso, todo lo que hacíamos, lo que pensábamos,... ¡¡pero sobre todo lo que vivíamos!!
Quizás esto último sea la clave.
Antaño éramos nosotros los que mandábamos sobre el tiempo, los capitanes que decidían el rumbo a seguir, dueños y señores de nuestros actos, y lo que es más importante, de sus consecuencias.
Era nuestra vida, y tan solo nosotros dos decidíamos lo que hacíamos y cuando lo queríamos hacer.
Se que hubo decepciones, "traspiés" o como quieras llamarlos, pero no importaba, era nuestro error y lo aceptábamos. "es parte del juego" decíamos, y nunca nos arrepentíamos de lo hecho.
Pero ahora todo es distinto, no queda nada de ese hermoso sueño.
¿Que ha pasado? ¿Tan pronto tiras la toalla? no te reconozco, tu aspecto es el mismo, pero tú has cambiado.
Un día sentiste los afilados dientes de la vida a tu espalda, y temblaste.
Comprendo tu accion, pero se me escapa tu reacción.
Poco a poco pasaste a segundo plano en tu propia película, te olvidaste de tu papel, y mírate ahora.
De protagonista a extra que pasaba por allí. Dejaste que otros inventaran tu futuro, y te lo creíste.
Condenaste tu futuro al darle la espalda al presente, y yo soy el presente, el día a día. Me degastes de lado por un espejismo del mañana, perdí todo contacto contigo.
Esa fue la herida que terminara con mi lenta agonía.
No puedo hacer nada por evitarlo, y quizás esa haya sido la razón de que me escuches hoy. Tal ved esta sea mi última bengala, el último rayo de sol que escapa de las nubes, mi última llamada de socorro.
Solo espero que todo te vaya bien cuando yo me haya ido, nunca me gusto verte sufrir
hasta siempre

xxxxxTU ALMA xxxxx