Noche oscura, noche silenciosa
En la que dos manos se buscan
y dos cuerpos se tocan.
Noche de locura
en la que las heridas del alma cura
la saliva de una boca,
dos labios se rozan
con otros dos que pernoctan
a la espera de dos jadeos
que la garganta ahoga.
Destroza el silencio
el suave vaivén de dos deseos entrelazados
recorriendo hasta el último rincón secreto
de un recuerdo desojado.
Vuelan las ropas
hasta yacer a un lado de un fuego
rápidamente propagado
que quema los sentimientos
y calcina los lamentos a su paso,
dejando dos suspiros sin casi aliento
encerrados en dos gargantas que de gritar no han parado.
el silencio cubre la ausencia del deseo
mientras los dos amantes recobran el aliento
y vuelven a perderse en eternos besos
después de haber descansado,
el sin parar de acariciar su cuerpo,
ella sin haber parado de mirarlo.
Sus cuerpos se atraen como pretendiendo
que la piel se funda en un gesto de amor eterno,
en un contrato por el placer sellado
en el que el entrega su deseo
y ella renuncia a su descanso.
"Yo muero por tu piel,
me emborracha tu deseo,
cada jadeo que escapa de tu boca de caramelo
me hace renacer.
Sueño con dormir entre tus pechos,
saborear cada uno de tus sueños
y cada centímetro de tu piel recorrer"
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