Rebuscando en el baúl de los recuerdos inhalé el aroma de un sentimiento
que ocupo al completo mi pensamiento.
Comenzaba a creer que una ilusión era la amistad verdadera
y en verdad
comencé a creer que se convertiría en utopía el tenerla.
Pero tu giraste mi timón y aprendiste su luz en mi corazón,
dejaste que entrara en mi su calor,
convertiste lo triste canción.
Me llenaste de ti,
y acepte el honor de que vivieras en mi (sabia que me ayudarías a seguir).
Sobran las palabras,
lees entre mis líneas,
hablan tus miradas y
sanan mis heridas,
me reconozco en tu alma y la mía se nutre de tus sonrisas.
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